
Nada más hermoso que la tranquilidad del océano.
Cuando quiere se vuelve tormentoso, pero también no le cuesta volver a la calma... como mis pensamientos.
Aveces cuestionan mis decisiones... De aquellas que con tantas ganas me he aferrado.
Comienzo a pensar si en realidad fue una buena elección seguir ese camino.
Aún no lo sé... lo único que sé es que no quiero sentirme de esa manera, otra vez.
Quiero que mi océano vuelva a la calma, convocar mi olvido en caso de emergencia y volver a disfrutar las simplicidades de la vida sin culpas, penas y tristezas.
Pero es tan difícil....
tan complicado...
tan de mujer...
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