Cuando ya se es lo suficientemente mayor,
piensa en mil y una cosas que hicimos cuando eramos niños.
Todo era más fácil.
No costaba esbozar una sonrisa,
el ser inocente e ir equivocandose sin miedo al ridículo.
se inventaban idilios utópicos en nuestras mentes imaginarias... imaginación que se fue desgastando con el tiempo. Se va olvidando esa alegría realmente sincera.
Ahora estamos obligados a estar en un sistema que no te da libertades.
Por que, si sacamos la cuenta pasamos 7 horas y media (o aveces mucho más) en nuestros trabajos. Sin contar las horas de sueño (ahí llevaríamos unas 16 horas).
Quedan 8 horas a nuestra disposición. Y ¿Qué hacemos?
las gastamos en banalidades sin sentido.
Ya no ahí tiempo para imaginar, escribir o pensar.
Desearía volver atrás muchas veces.
Lástima que la vida no es un "borrón y cuenta nueva" constante sino, quien sabe donde estaríamos ahora...
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